domingo, 1 de noviembre de 2015

Cuando Muera

Cuando llegue el momento de dejar la vida terrenal me gustaría que al menos en uno de mis tres círculos sociales se me brinde un pequeño lugar dentro de la ofrenda que se llegue a poner, en mi primer círculo, el círculo nuclear esto será imposible ya que por motivos erróneos como religiones y diferencias teológicas la cultura se desplaza a ser sólo una mera comparsa al llegar los días en los que nuestras, tradiciones y creencias, se deberían llevar a cabo sólo como un acto de amor, dejando de lado que los muertos no regresan, no comen, no beben, no fuman y no disfrutan de los placeres contenidos en ese espacio.

A mi familia, debo admitir que no soy la mejor hija, hermana, nieta, sobrina, tía, prima, tengo mi lado bueno que seguramente jamás se darán oportunidad de conocer, mientras ellos colocaron los cimientos de todos mis valores ( sonara increíble pero si tengo ) también fomentaron mi lado rebelde. Se que suelo ser egoísta y que en la toma de decisiones quizá no he sido del todo acertada pero siempre sigo mis sueños, mis ideales, no con el apoyo óptimo o debido, pero a base de picar piedra y esfuerzo diario he podido sacar de alguna u otra manera hasta el momento mis días, con mis pros, mis contras, mis formas cambiantes de ser, mis formas complejas y mis convicciones extrañas ante sus ojos, de alguna manera han creado a una buena persona, no a un modelo ejemplar, pero determinadas personas han estado ahí vigilando y acompañando mis pasos ya andados y por andar. 

A mis amigos, siempre he considerado que a los amigos se les cuentan con una sola mano, es difícil despertar del letargo y darte cuenta que realmente tienes menos amigos de los que creías tener, quizá la vida en algún punto me brinde una amistad como la que necesito, que no sólo por el calor de las copas o intereses de por medio esten ahí. Si alguien sincero y que se entregue de la misma manera que yo, agradeceria que se hiciera presente en el último momento de mi vida.

A mi amor y compañeras futuras sentimentales, les agradeceria por haber tomado el tiempo para conocerme un poco más que las demás personas, por brindarme momentos especiales e increíbles, agradecer por permitirme despertar a su lado algunas o muchas mañanas de mi vida, a mi amor del presenté pasado, agradecerle todo lo que aprendí de ella, tanto lo bueno como lo malo, agradecerle esas tardes de ver ardillas en algún parque al sur de la ciudad, las locuras, las pláticas, y toda la magia que imprimo en mi vida. A las futuras o futura compañera de vida también tendría mucho que agradecer, pero lo más importante sería agradecer el darme la oportunidad de demostrar lo increíble que aún tengo para dar, y darme la oportunidad de demostrar que realmente soy una persona que quizá, no valga mucho la pena, pero que si tiene mucho que ofrecer. 

Cuando muera tendré muy pocas peticiones, aún no se sí optaré por la cremación y coartar las posibilidades de quizá vivir mi cuarta o séptima vida o la inhumación y así asegurar quizá una vida más donde pueda verla. Pediré que mientras mis cenizas son depositadas en algún nicho que portará un epitafio y mi nombre, segurente en letras doradas o mientras mi ataúd deciende en el lecho que seguramente será mi morada a perpetuidad. Una de las peticiones que tengo ya definidas es que mientras mis restos sean depositados en donde vaya a terminar se toquen estas canciones y que las personas que acudan a darme el último adios no derramen lágrimas y mejor se enfoquen a revivir alguno de los momentos tan agradables que me permitieron pasar a su lado.

Ya saben, si me llego a adelantar en el viaje, coloquen dos monedas en mis ojos para que el barquero me pase y coloquen una calaverita de chocolate, quizá sin nombre o con el en letras mayúsculas, algún detalle sorpresa que me brinden sera perfecto y donde quiera que este lo agradecer.




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